Ronny Mendez
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Con grandes hileras de puestos abandonados y una infraestructura descuidada, cuyo techo está cayéndose a pedazos, se encuentra el Mercado Municipal de Punta de Mulatos.
Los pocos comerciantes que quedan aseguran que la afluencia de clientes viven en los alrededores y que no es ni 10% de lo que era hace 15 años.
José Chacín, comprador habitual, destaca que “cuando estaba pequeño no se podía ni caminar por la gran cantidad de usuarios que venían a buscar las mejores ofertas”.
Señala que “ahora, con las fluctuaciones de la divisa que es la que está moviendo nuestra economía, ya ni los vendedores quieren quedarse y trabajar para reinvertir”.
Lamenta que con el salario actual no se pueden comprar muchos productos, pues “en dos cosas mínimas se va toda una quincena”.
Nada retiene
a los comerciantes
El nivel intermedio del mercado también está abandonado y quienes quedan también están por irse en cualquier momento, expresan los comerciantes. “Esto se está viniendo abajo. Aquí no me voy a quedar”, dijo un vendedor.
Entre los productos que todavía se consiguen están los de aseo personal y para el hogar; mientras que la carne para guisar, la molida y la de desmechar están en 140.000 bolívares, el pernil y la chuleta de cochino en 250.000, muslos y alas en 100.000, el pollo entero en 95.000 y la pechuga en 150.000.
Es cuesta arriba llevar el pan a sus hogares
José Guánchez, vendedor, asegura que “no es posible vivir de las ventas que se producen en este mercado, de hecho lo hacemos por pasión, porque los números no dan sino para comprar algunas cosas para la casa y reinvertir. Los proveedores no mantienen los precios estables sino que los aumentan cada día”.
Planta baja
sigue a oscuras
La planta baja del mercado tiene más del 90% de los puestos con las puertas cerradas. Tampoco se encentran alumbrados, por lo que los comerciantes piden que se le haga un cariño al mercado para intentar darle vida y atraer más clientes./jd