La joven venezolana Lisbeth Katiuska Araque Maldonado (20), quien se encontraba desaparecida desde el 18 de agosto en Colombia, fue hallada la pasado viernes 18 de septiembre en una alcantarilla del barrio Garcés Navas de la localidad de Engativá, Bogotá, sin vida, envuelta en plástico y amarrada de pies y manos.
El presunto asesino, quien resultó ser su jefe, fue capturado el martes 15 de septiembre, luego de que las autoridades colombianas recibieran la denuncia por parte de los familiares de la víctima desde el estado Táchira de donde era oriunda.
En medio de trabajo investigativo, se logró encontrar un video del 8 de septiembre, donde se observa a un hombre en una carreta de reciclaje, transportando los restos. Otros videos recopilados demostrarían que el sujeto abandonó a la hija de Lisbeth muy cerca de una vivienda en el barrio Toscana, donde vivía la joven con su pareja.
Salió a trabajar el 18 agosto y no regresó
José Marcelino Araque Pérez, padre de la extraviada, dijo que su hija salió el 18 de agosto de su casa en Suba junto a la bebé de 15 meses de nacida rumbo al trabajo, pero desde ese momento no se supo más de ella.
A las pocas horas la niña apareció abandonada y en buen estado en un parque, y fue una señora quien la recogió y la llevó a las instalaciones de un Centro de Atención Inmediata (CAI) cercano.
El taxista que le hizo el servicio, aseguró haberla llevado a su trabajo junto a la pequeña.
La familia de la joven exige justicia y que este hombre pague una larga condena. Lisbeth era nativa de San Cristóbal. Dejó a una niña de 15 meses y un niño de 5 años.