El campo corto criollo Gleyber Torres, luego de haber confrontado problemas con su ofensiva desde el Día Inaugural, posterior a una modesta campaña en 2020, parece haber encontrado la fórmula para superarlos.
En las últimas dos victorias de los Yanquis -en la serie de fin de semana contra los Medias Blancas de Chicago- su bate ha sido clave. De hecho, desde el miércoles, cuando regresó de la cuarentena a la que fue sometido en las instalaciones neoyorquinas en Tampa, tras contagiarse con covid-19, Torres liga de 14-8 (.571), con un jonrón y seis carreras remolcadas. Lo que ha contribuido a levantar la pegada del lineup que elabora el manager Aaron Boone.
Además, el caraqueño de 24 años tiene en sus últimos siete desafíos una ofensiva de .407/.429/.667, con un doble, dos jonrones, nueve remolcadas y 1.095 de OPS. En general, en mayo sus números son de .341/.408/.500, además de .908 de OPS. Así que por estos días, es el out más difícil de los Yanquis.
Aseguró que ha trabajado arduamente con los instructores de bateo de los Yanquis, quienes le aconsejaron sobre cómo simplificar su enfoque y prepararse de manera consistente.
“Las primeras dos semanas de la temporada fueron un poco difíciles”, dijo Torres.
“Tuve muchas conversaciones con PJ (Pilittere, asistente del coach de bateo) y Marcus (Thames, coach de bateo) todos los días. Hice trabajo extra y me ayudaron a recordar pequeñas cosas para hacer ajustes en el plato”, certificó Torres./GG