Fuertes tormentas y vientos, que llegaron a soplar con una fuerza de hasta 140 kilómetros por hora, dejaron el sábado a unas 200.000 personas sin electricidad en la capital de Estados Unidos y su área metropolitana.
El fenómeno ocurrió cuando unos 170 millones de personas, más de la mitad de la población de Estados Unidos, están bajo alerta por el «calor extremo» en el país.
El Servicio Meteorológico estadounidense informó que «una peligrosa ola de calor» comenzó el jueves en el noreste y continuará a lo largo del fin de semana, mientras se registran temperaturas récord en el suroeste y el centro del país.
Grandes ciudades como Washington DC, Filadelfia y Boston están bajo «avisos por el calor» para que sus habitantes se protejan, mientras que en el área metropolitana de Nueva York está en vigor una «advertencia de calor excesivo», que se suele emitir cuando la temperaturas llegan a los 105 °F (40,5 °C) o los superan.
En la localidad de Arlington, en el norte de Virginia, algunos árboles arrancados de raíz, habían caído sobre vehículos y viviendas. Daños similares se registraron en otras zonas del estado de Maryland y en Washington.