Gimnastas de cuatro naciones competieron en un evento amistoso en Tokio, que tuvo como objetivo mostrar al mundo que la capital de Japón puede llevar a cabo con seguridad las aplazadas Olimpiadas de 2020 en la era del coronavirus.
Treinta gimnastas de Japón, Estados Unidos, China y Rusia, incluyendo al triple medallista de oro olímpico de Japón, Kohei Uchimura, y al campeón mundial de Rusia en 2019, Nikita Nagornyy, participaron en el primer evento internacional en una sede olímpica de Tokio desde el aplazamiento de los Juegos en marzo debido a la pandemia de Covid-19.
El evento amistoso se considera una prueba crucial para que los atletas internacionales viajen y compitan en Japón durante las Olimpiadas, que traerán más de 11.000 atletas a Tokio en julio.
El mensaje de apertura del jefe del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, destacó lo que está en juego en el evento, que la semana pasada estuvo en duda cuando Uchimura tuvo un falso positivo en la prueba del virus.
Los espectadores del estadio, diseñado para las Olimpiadas de 1964, aplaudieron pero no gritaron, ateniéndose a las reglas, salvo cuando Uchimura completó un electrizante ejercicio de barra fija.
Los gimnastas, sometidos a pruebas diarias de Covid, llevaban mascarillas cuando entraron en el gimnasio detrás de las banderas nacionales, y hubo golpes de puño a modo de felicitación en lugar de abrazos o choques con las palmas de las manos.
Los 2.000 espectadores se sometieron a controles de temperatura y se les roció desinfectante en la entrada. En el exterior, un grupo de manifestantes pidieron la cancelación de las Olimpiadas, pero los espectadores le restaron importancia a la protesta.