Al fin llegó el día que Japón llevaba esperando desde el 13 de septiembre de 2013, cuando Tokio fue elegida sede de los Juegos de 2020. Este viernes se inauguró la edición más caótica y complicada de organizar del evento deportivo planetario en la era moderna.
En un contexto particular, con Tokio en estado de emergencia por la pandemia, la ceremonia de apertura se anunció como «más simple y más sobria» que en otras ocasiones. Se mantuvo el tradicional desfile de los deportistas que representarán a las 206 delegaciones participantes.
Uno de los actos que marcaron la inauguración del evento olímpico fue un homenaje a las millones de personas que perdieron la vida durante la pandemia.
Como gran novedad, hubo dos abanderados por país, un hombre y una mujer. La ceremonia se celebró por primera vez en la historia sin público en las gradas debido a las restricciones sanitarias.
Después de 121 días recorriendo Japón, la llama olímpica llegó al Estadio Olímpico de Tokio donde la tenista número uno del mundo, la japonesa Naomi Osaka, fue la encargada de encender el pebetero, situado encima de una estructura que simboliza el Monte Fuji.
Pese a que las 68.000 plazas del Estadio Olímpico estuvieron vacías, la ceremonia sí contó con la presencia de algunas personalidades como el emperador japonés Naruhito y la primera dama estadounidense, Jill Biden. El presidente francés, Emmanuel Macron, es el único dirigente del G7 presente en Tokio, como máximo representante también de la próxima sede olímpica, París-2024.
La inauguración inició repasando la historia cultural, el pasado y el futuro del país anfitrión, Japón. El color rojo, que representa a la cultura japonesa, dominó el componente visual y tecnológico de la ceremonia.
Como es tradición, el desfile de las delegaciones inició con la de Grecia, nación creadora de los juegos. Con Karen León y Antonio Díaz como abanderados, desfiló la delegación venezolana en el Estadio Olímpíco. Yulimar Rojas, quien había sido seleccionada para ser la abanderada junto a Díaz, no pudo asistir a la ceremonia ya que todavía se encontraba esperando vuelo para viajar a Japón.
