Cada vez son menos las tintorerías con las que cuenta el estado. Las que quedan están contra la espada y la pared por los altos costos del material, los cuales aumentan semanalmente, señalan encargados.
A esto se le suman el pago del personal; la falta de agua, que los obliga a pagar cisternas que no bajan de 30 dólares y la poca clientela con la que cuentan.
“Ahora tenemos hasta que zanquear los productos de limpieza a bajos precios para que no afecten en el costo final al cliente. Además, hay que pagar antes de usar los productos, cuando antes se hacían pedidos a créditos”, indica Juan Marval, encargado de una tintorería en Catia la Mar.
Recalca que “hemos tenido días sin clientes”, por lo que se han visto en la obligación de trabajar sin margen de ganancia.
Tiene el lavado y planchado por pieza en Bs. 80.000. También hacen reparaciones leves y algunas costuras para no perder la clientela.RM/jd