TIBURONADAS
Por: Galvis Guzmán
En esta última edición de Tiburonadas por esta temporada de beisbol, una vez eliminado el equipo regional, queremos es ser voceros de la desilusión, impotencia y desmotivación que sienten los fanáticos de este conjunto, que a pesar de todos los inconvenientes siguen fieles año tras año.
Ya son 34 años… desde el último título, conquistado en la temporada 85-86 y la sequía parece prolongarse porque los cambios, los fortalecimientos en las deficiencias, no se ven. Uno de los mayores problemas es el pitcheo y observamos que se mantiene la falta de profundidad y de variedad en ese departamento, e incluso se mantienen los mismos nombres.
Hace tiempo… que no se tiene un importado con liderazgo, que sea pieza importante en la plantilla. Y ante esto, todos nos preguntamos: ¿Tendrán interés los propietarios de construir un equipo competitivo o el enfoque es: primero el negocio? Nosotros les aconsejamos, hagan mayores esfuerzos por hacer una divisa que se identifique con la fanaticada, que rescate el fervor tiburón, antes de que sea tarde. Porque la paciencia se agota.
Debemos resaltar… las buenas intenciones y el trabajo que en difíciles circunstancias realizó el guaireño Russell Vásquez, a quien muchos managers de tribuna lo cuestionaron. Pero preguntamos ¿Con un cuerpo de lanzadores deficiente: quien gana? ¿A quien traes a lanzar cuando no tienes a más nadie? Dirija quién dirija, los lanzadores no hicieron el trabajo: los números lo dicen, la peor efectividad del torneo.
Sin embargo, la ofensiva respondió en los juegos finales y nos pusieron a soñar e incluso, si se daba la clasificación, pudiéramos haber pensado en un potencial candidato a manager del año. Pero Russell, vete tranquilo, tu saldo fue positivo e hiciste lo mejor que pudiste tu trabajo.