Desde este miércoles los texanos ya no están obligados a usar mascarillas en público, luego de que el gobernador Greg Abbott ordenara relajar las restricciones destinadas a detener la propagación de covid-19.
La orden también permite a todas las empresas reabrir, a medida que los casos activos de coronavirus y las hospitalizaciones se redujeron a un nivel no visto en meses.
“Demasiados texanos han sido marginados de las oportunidades de empleo. Demasiados propietarios de pequeñas empresas han luchado para pagar sus facturas. Esto debe terminar. Ahora es el momento de abrir Texas al 100%”, dijo Abbott.
Los críticos de la decisión dijeron que era demasiado pronto, ya que solo el 7% de la población del estado ha sido vacunada, y la propagación agresiva de variantes del virus puede llevar a otra explosión de casos.
Varias de las principales ciudades del estado, incluida la capital, Austin, así como varios condados y empresas han dicho que seguirán requiriendo el uso de mascarillas.