María E. Moreno– Desde hace nueve años Virginia Acosta y su familia hacen vida en una casa que se encuentra en alto riesgo. Filtraciones, grietas y fallas en los servicios públicos son solo algunas de las problemáticas que los aquejan.
Ellos solicitaron viviendas dignas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, pero hasta la fecha no tienen respuesta.
“La comunidad se organizó e hizo una especie de censo, sin embargo tenemos más de un año esperando. Vivir aquí es una angustia, cuando llueve no dormimos, pues debemos estar sacando el agua. Además nos da miedo que el agua haga contacto con los cables y uno se electrocute”.
Explicó que al caer fuertes precipitaciones el terreno debajo de su casa cede, haciendo que se deslice lentamente. “La casa está quedando casi en el aire, tenemos miedo de que se caiga. La última vez que llovió el piso se me hundió en una parte”.
Tablas, planchas de zinc y algunos bloques son los materiales utilizados por Acosta para darle forma a su vivienda, aunque sabe que no es lo correcto vivir, así pero no tiene otra salida. “Quisiera que me dieran una respuesta, que me reubicaran y dejar la angustia de vivir así, es una preocupación siempre”.
Además la casa está rodeada de gran cantidad de maleza que ayuda a la proliferación de roedores y pone en peligro de enfermarse a todos sus habitantes.
Por todo esto piden al gobernador y al alcalde que volteen sus ojos hacia ellos, que también son hijos olvidados de Chávez, para que los ayuden urgente antes de que se produzca una tragedia /rh/Foto: Nelvis Galindo