El número de muertos por los temporales que azotan al sur de Brasil y han ocasionado inundaciones nunca antes vistas en la región suma ya 152, informaron este jueves las autoridades regionales.
Según el último balance de la Defensa Civil, el número de desaparecidos es ahora de 104 y unas 615.000 personas están desplazadas por causa de las lluvias.
El estado de Río de Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay, vive la situación más dramática, con 151 de los muertos, el 90 % de los municipios afectados y 2,1 millones de damnificados.
Con una población total estimada en 11,3 millones de habitantes, unas 615.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares y ahora se refugian en albergues improvisados dependiendo de donaciones o en las residencias de algún amigo o familiar.
En Porto Alegre, la capital de Rio Grande do Sul, las aguas comienzan a menguar tras dos días sin lluvias y el río Guaíba, que desde el pasado 3 de mayo ocasionó las inundaciones en el centro de la ciudad, bajó de los 5 metros.
Entre tanto, se revelan los destrozos dejados por las aguas y ratas y animales muertos se ven por las calles de algunos barrios de la ciudad que además están sumergidos en medio de un fuerte hedor.
Mientras en la capital bajan las aguas, en el sur del estado, en la Lagoa do Patos, continúan subiendo y ya han más que duplicado los niveles y varios municipios aledaños permanecen bajo alerta.
En medio del caos que se vive en la región, las autoridades han logrado restablecer los servicios de agua y luz en el 95 % de los hogares, pero unas 90 vías continúan bloqueadas y el aeropuerto internacional de Porto Alegre, el principal de la región, continúa cerrado.
Las medidas económicas para la región no se han hecho esperar y la víspera, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, durante su tercera visita a la región, anunció un nuevo paquete de ayuda para unas 200.000 familias del estado de Rio Grande do Sul que lo perdieron todo por las inundaciones.
Además de desembolsar unos 1.200 millones de reales (235 millones de dólares o 222 millones de euros) que serán repartidos entre las familias, estas podrán acceder de forma anticipada a un fondo de garantías laborales y se les facilitará el crédito público para la reconstrucción de viviendas o la compra de nuevas.
Las nuevas ayudas se suman a los 50.000 millones de reales (unos 9.800 millones de dólares o 9.090 millones de euros), anunciadas la semana pasada por el Gobierno, que contemplan asistencia directa y créditos subvencionados para pequeñas empresas, entre muchas otras medidas.