Tras más de una década sin asomarse a la gran pantalla, Sophia Loren regresa al cine con La vida por delante, una película de Netflix con un claro componente emotivo y familiar para la legendaria actriz italiana ya que fue dirigida por su hijo Edoardo Ponti.
“Me encanta trabajar con mi hijo, adoro trabajar con él. Quiero trabajar con mi hijo siempre: tenemos un alma en común”, aseguró la actriz en un coloquio posterior al estreno virtual de La vida por delante, que llegará a Netflix el 13 de noviembre.
La italiana de 86 años y cuya última cinta era Nine (2009) de Rob Marshall, respondió junto con Ponti a las preguntas de otro icono italiano como Isabella Rossellini, quien destacó que sentía envidia sana ya que ella nunca llegó a colaborar en una película con sus padres Ingrid Bergman y Roberto Rossellini.
“Tu madre, Edoardo, representó para mí cuando yo crecía un ejemplo, una manera de ser mujer (…) Sophia nos mostró que las mujeres italianas no eran madres sumisas sino mujeres con gran orgullo que mantenían unidas a las familias”, defendió Rossellini.
En este sentido, Sophia Loren destacó que su madre fue una gran inspiración para La vida por delante, un drama sobre la singular amistad que brota entre un jovencísimo inmigrante senegalés (Ibrahima Gueye) y una anciana italiana que sobrevivió al Holocausto (Sophia Loren). “Siempre he intentado ser como mi madre. Ella era realmente maravillosa, fuerte, una mujer increíble”, dijo.
“Madame Rosa (su personaje en la cinta) tenía la misma fragilidad y el mismo tipo de emociones que mi madre, desde luego. Durante la II Guerra Mundial, cuando yo era pequeña (…), mi madre sufrió mucho pero nunca hablaba de ello: incluso aunque estaba muerta de miedo, ella estaba siempre con nosotros soportando cosas terribles, los bombardeos y la guerra en Nápoles”, recordó.