Habitantes de Mirabal, en Catia la Mar, recurren a trancar las calles cada 15 o 20 días, pues aseguran que es la única forma que tienen de que les sea suministrada el agua.
Manifiestan que el abastecimiento dura entre 5 y 6 horas, además que lo hacen en la madrugada, por lo que deben durar toda la noche lavando, limpiando, entre otros quehaceres.
Miguelina Quijada iba camino a su casa cagando una pimpina de 5 litros, pues diariamente debe comprar hasta 4 de estas, las cuales tiene un precio de 5 bolívares, esto si desea contar con el vital líquido, ya que en su hogar residen 10 personas.
“Siempre comentan que hay un tubo dañado, que esa es la razón por la cual no tenemos agua. Ahora cuando decidimos trancar la calle el tubo parecer arreglarse por arte de magia y nos llega el agua. Con las pimpinas logramos hacer la comida y medio asearnos, pero solo eso”.
Otra de las afectadas es Marisela Reyes, quien debe pagar 10 dólares por mil litros de agua, considerando la situación injusta, pues es el 50% de lo que devenga de la pensión.
“Uno no debería estar pasando tanta necesidad. Acá se sabe cuándo esta llegando el agua porque las calles se inundan, a las tuberías no le han hecho el mantenimiento adecuado desde hace años. Si el gobernador tuviese sentido común vendría a su sector a trabajar en la crisis”.GH/jd