La actriz decidió asociarse con la firma Foster Grant para crear su propia marca de anteojos y anunció que por cada uno que venda, donará otro a RestoringVision, una organización sin fines de lucro dedicada a brindarles atención visual a las comunidades más necesitadas alrededor del mundo.
La colombiana trabajó directamente con los diseñadores para que las monturas fueran tan cómodas como atractivas. Según ella misma describe, es una línea linda y glamorosa que nació luego de varios años viendo cada vez peor, pero negándose al uso de lentes “para no verme mayor”.
“Seguía entrecerrando los ojos para mirar mi celular y mi hijo me dijo un día ‘mamá, no quieres usar tus lentes porque crees que pareces vieja, pero haces esas caras y colocas el teléfono muy lejos’”, bromeó al explicar sobre su incursión en este negocio.