Jamás llegó a implementarse el sistema biométrico en las estaciones de servicio del estado. Operadores de islas señalaron que solo quedó en una práctica del Gobierno.
Resaltaron que la instalación del dispositivo en las bombas produjo un gasto innecesario y la mala utilización de los recursos en el entrenamiento de los jóvenes del Plan Chamba Juvenil, quienes trabajaban cuatro horas diarias en la manipulación del equipo.
Manifestaron que nunca le vieron lógica a la instalación del aparato, pues eso no jugaba un papel importante en el estado, ya que aquí el contrabando de combustible no se evidencia. RR/jd