Sin acuerdos no hay paraíso
Desde el principio nos opusimos a la Primaria, por considerar que no reunía a todos los factores de oposición, y en consecuencia no sería verdaderamente unitaria; por permitir la inscripción de varios inhabilitados como una forma de retar al gobierno, y porque no era necesaria si se hacía un esfuerzo significativo por la discusión amplia de un programa de gobernabilidad, y un candidato de consenso, el tiempo nos dio la razón.
Los que decían que ¨la dictadura no iba a poner al candidato¨, descubrieron a regañadientes que el gobierno, con el control institucional total, forzó de alguna manera que se escogiera uno, no por consenso, sino por descarte.
Por fortuna para ellos, el candidato en las entrevistas realizadas hasta el presente, muestra un talante diametralmente opuesto a la ganadora de la Primaria, y luce proclive a negociaciones, según ha dicho. No obstante, sigue siendo preocupante para ese sector, y para los interesados en la campaña, que no haya definición en torno a un diseño que unifique criterios.
Por un lado, va el candidato a su ritmo, ofreciendo entrevistas a diferentes medios para darse a conocer, y por el otro, va la ganadora de la Primaria recorriendo el país con la foto del candidato real, sin renunciar a su estilo retador tratando de concitar la emoción del electorado, aunque la duda está en si también puede ello contribuir a organizar la razón.
Sin organización, y coordinación electoral para la defensa del voto, no hay estrategia exitosa, y según nos cuentan, eso está muy disminuido. A eso nos referimos cuando hablamos de organizar la razón.
Por otra parte, no se ha visto intento alguno por acercar distancias entre los distintos candidatos opositores al gobierno de Maduro. Hay varios en campaña; legalmente inscritos, y todos haciendo su mejor esfuerzo por hacerse de la confianza del electorado, pero sin conexión entre sí.
En vista de que no fue posible una candidatura de consenso, lo lógico sería que en algún momento de la campaña, se hiciera un acuerdo para evaluar encuestas serias aceptadas por todos y optar por un solo candidato, razón por la cual, erradicar la violencia verbal es una tarea muy importante.
También es muy importante, además de elevar la calidad de los mensajes, y afinar la estrategia de defensa del voto, prepararse para negociar con el gobierno mecanismos de entendimiento. Sin un nuevo pacto social, y político no habrá posibilidad de cobrar un eventual triunfo.
Mucho voluntarismo sustituyendo a la política real es el sentimiento; mucha fantasía solapando la verdad, y sobre todo; amenazas internas o internacionales propiciadas por la presión a organismos de representación continental (OEA), sin posibilidades de concreción, en lugar de una conexión con los factores de poder para negociar salidas, como ha ocurrido en procesos anteriores ampliamente conocidos (España; Chile; Nicaragua; Polonia, Suráfrica).
Como en toda campaña electoral, ya comienzan a aparecer encuestas para todos los gustos, y especialmente para el gusto de quien las contrata, o financia. Por eso hace falta un acuerdo para decidir con cuales encuestadoras se puede trabajar para afinar una estrategia unitaria, pues con lo visto, reina un triunfalismo inexplicable de algunos, que siendo importantes, no son el todo del espectro opositor, y ello obliga a ser comedidos, y muy realistas.
Estamos frente a la posibilidad de obtener un triunfo electoral que nos devuelva de todos los errores cometidos, y nos permita un relanzamiento de la democracia venezolana, pero ello no será posible en un contexto de guerra sin sentido. Para ello hace falta inteligencia; unidad; eficacia; eficiencia, y productividad en el mensaje, y la actitud proactiva de todos los equipos.
Tampoco será posible si no nos plateamos en serio la gobernabilidad del país, no sólo en 2024, sino en 2025 cuando hay que elegir nueva AN, así como Gobernadores y Alcaldes con sus respectivos cuerpos legislativos regionales y municipales.
Nos lo estamos jugando todo, y eso obliga a aguzar la inteligencia. Veremos.
@romanibarra