Luis López.- Para el doctor Bernardo Guerra, diputado a la Asamblea Nacional, la oferta de un servicio de suministro de medicamentos para pacientes crónicos, cardiovasculares, neurológicos o con cáncer ha sido solo para causar un efecto mediático. “La gente corrió desesperada a registrarse pero han pasado dos meses y en las farmacias no hay las medicinas requeridas”.
Comenta que el Ministerio de Salud implementó este sistema y no se ha resuelto el problema de desabastecimiento en las redes de farmacias porque no les han llegado los medicamentos. “El problema es la producción no la distribución. A los laboratorios no les llegan las materias primas por lo tanto las droguerías no pueden distribuirlas”.
Explica que desde el Gobierno se quiere asumir el control de la distribución de estos medicamentos sin atender con carácter de urgencia lo referente a la producción. “Desde la Asamblea Nacional se han aprobado centenares de créditos adicionales, pero la realidad contrasta con lo que se ha invertido en medicamentos porque cada día hay menos en el mercado”
Pérdida millonaria en medicinas
“Han sido toneladas de medicamentos que se han perdido porque duran un año en los puertos o llegan a los depósitos del Servicio Autónomo de Elaboraciones Farmacéuticas (Sefar) a pocos días de su vencimiento. Ese convenio con Cuba y otros países para importar medicinas ha sido una de las que más daño le ha hecho a la salud del pueblo venezolano, porque solo ha servido para negocios fraudulentos, como lo ha reseñado la Contraloría Nacional de la República en sus recientes informes”.
“Desde el 2013 y 2014 ha sido reiteradas las denuncias de medicinas dañadas por vencimiento, lo que ha representado una estafa a la nación y mayor daño a la salud de los venezolanos”
Destacó que el Sefar, que es una dependencia del Ministerio de Salud, debió producir 18 toneladas de medicamentos regulados para el año 2014, pero solo logró producir 8 millones, lo que representa el 40% de la meta establecida.
Destacó que la medida urgente es asignarle las divisas a los laboratorios y que desde las droguerías se mantenga la distribución. “El estado tiene que controlar pero no meterse en todo donde al final no hace sino perjudicar a la gente, como lo ha hecho hasta ahora donde con falsas promesas no ha logrado atender un mínimo de la demanda de los pacientes crónicos”/jd