Una abuela, tres niños y su madre fueron rescatados vivos de los escombros de un edificio derrumbado en el oeste de Turquía este sábado, unas 23 horas después de que un poderoso terremoto en el mar Egeo dejara al menos a 30 personas muertas y más de 800 heridas.
El terremoto del viernes por la tarde, que sacudió ese país y el norte de la isla griega de Samos, registró una magnitud que las autoridades turcas estimaron en 6.6, aunque el Servicio Geológico de Estados Unidos situó la magnitud en 7.0.
El sismo derribó edificios en Izmir, la tercera ciudad más grande de Turquía, y provocó un pequeño tsunami en el distrito de Seferihisar y en la isla griega. Le siguieron al menos 114 réplicas.
El ministro de Salud, Fahrettin Koca informó que al menos 30 personas murieron y más de 100 han sido rescatadas. No está claro cuántos más quedaron atrapados debajo de los edificios que fueron arrasados.