Con tres “sí” y un “gracias”, la cantante colombiana Shakira aceptó que defraudó 14,5 millones de euros a la Hacienda española entre 2012 y 2014.
Tras semanas de negociaciones, la colombiana ha pactado una pena de tres años de cárcel que serán sustituidos por el pago de una multa de 7,3 millones de euros para reparar el daño causado.
Con el acuerdo, Shakira admite que, entre 2012 y 2014, era residente fiscal en España y debía pagar sus impuestos. Esa ha sido, desde el inicio de la investigación, la cuestión a debate.
La cantante siempre defendió que en ese periodo era una nómada que viajaba por todo el mundo dando conciertos y que sus únicas visitas a Barcelona eran para visitar a Piqué. La Agencia Tributaria llevó a cabo una intensa investigación contactando con proveedores de servicios y profesionales que asistieron a Shakira en esa etapa, y llegó a la conclusión de que pasó más de la mitad del año en España, condición necesaria para que un ciudadano sea considerado residente fiscal.