Sevilla logró en Varsovia revalidar su título de Europa League tras imponerse al Dnipro ucraniano por 3-2, sumando cuatro títulos en este torneo continental (2006, 2007, 2014 y 2015).
Además, el argentino Ever Banega fue elegido como el futbolista más valioso de la definición.
El conjunto andaluz salió a por todas, sin especular lo más mínimo. Tuvo la primera ocasión pronto, con un disparo de Bacca que se perdió desviado, y posteriormente con una jugada en el área en la que Reyes fue derribado. Pero la peor noticia llegó pronto, cuando a los seis minutos un balón largo lo aprovechó el Dnipro para hacer un perfecto contragolpe que culminó Kalinic a placer a los 7 minutos.
Lejos de arrugarse, el Sevilla siguió jugando su fútbol, atacando sin descanso, arrinconando al Dnipro en apenas 35 metros de campo. El gol merodeó el área ucraniana constantemente, Reyes estuvo cerca, y después Krychowiak, hasta que un balón suelto en el área tras un córner lo aprovechó el propio jugador polaco para empatar a los 28.
Con la igualada, nada de conformarse. El Sevilla siguió atacando y apenas tres minutos después un gran pase de Reyes lo recogió Bacca para plantarse ante el portero Boyko, recortarle y darle la vuelta al partido cuando corría el minuto 31.
Rebeldía ucraniana
Lo más difícil estaba hecho, pero el Dnipro volvió a demostrar que saca petróleo de cualquier acción. Una falta desde la frontal lanzada por Rotan superó la barrera y sorprendió a Sergio Rico para poner el 2-2 al borde del descanso.
El choque se trabó en la segunda parte, sin apenas ocasiones, con más juego en el centro del campo y el Dnipro menos defensivo, consciente de que si seguía atrás se le iba la final. El partido, por primera vez, parecía ir hacia donde el conjunto ucraniano quería. Y ahí llegó de nuevo el turno de Bacca.
El colombiano recogió un balón en la frontal del área y nuevamente se mostró infalible en la definición. Cruzó el esférico ante Boyko, completó su doblete y se convirtió en el héroe de la final.
Quedaban algo más de 15 minutos, pero al Dnipro no le quedaban ni fuerzas ni fútbol, más aún cuando se quedó con un jugador menos cuando Matheus se desplomó instantes después de un choque con Tremoulinas. La cuarta Europa League ya era de un histórico Sevilla.