A punto de cumplirse 22 años de la llamada Tragedia de Vargas, los habitantes de Piedra Azul, en Maiquetía, tienen los sentimientos a flor de piel al recodar esos días de intensas lluvias que dejó un número de muertos que aún se discute, con estimaciones que van desde los 700 hasta los 50.000.
Jesús Quezada contó que para ese momento pensó que todo acabaría allí. «Estaba con mi familia y una hija embarazada, tuvimos que irnos a casa un compadre en 13 de Febrero. Allá pasamos el resto de los días”.
Aunque la casa de Quezada y su familia se inundó por completo, por suerte no se derrumbó. Justo el 26 de diciembre, cuando todo se había calmado un poco, decidió volver a limpiar. «Un personal de la Gobernación la fumigó y aquí vivo actualmente».
Yelitza González, una de las sobrevivientes, perdió su casa en Caraballeda, y desde entonces está viviendo en Piedra Azul. “Hoy (ayer) cuando comenzó a llover se me erizó la piel al imaginar aquellos días tan horribles, tantas personas que perdieron la vida y otros que quedamos damnificados”.
Deben limpiar el río
Hoy en día el río de Piedra Azul parece una montaña de donde salen culebras, alacranes y todo tipo de alimañas ante la falta de mantenimiento constante.
Los vecinos aseguraron que ni la Gobernación ni Alcaldía lo han limpiado durante meses, «a pesar de que estamos en la época lluviosa. Será que están esperando que ocurra otra tragedia para poder actuar”, expresó Quezada.
Pidieron que le metan máquina y también lo desmalecen antes de que termine el año porque, además, al río lanzan basuras y escombros personas inesrupulosas. /HB/jd