El escritor venezolano se lanzó al vacío desde un noveno piso en la ciudad de Buenos Aires, Argentina la tarde de este jueves. Se encontraba en el apartamento en Recoleta de una amiga identificada como Beatriz Quintana Velásquez, quien salió alrededor de las 4:30 de la tarde a hacer unas compras y al regresar encontró a McKey muerto en el patio del primer piso del edificio.
Acusado de abuso sexual y estupro, McKey, de 40 años, había admitido públicamente su responsabilidad y renunciado a todos los proyectos en los que participaba «en los que hay personas, intereses y reputaciones que pueden verse afectados por tenerme dentro de sus espacios».
«Sabré hacerme cargo de las consecuencias de este hecho», había expresado el miércoles el poeta, ensayista, cronista y editor. Este jueves, justo antes de suicidarse, escribió en Twitter: «No sean esto. Crece adentro y te mata. Perdón».
En tres publicaciones que realizó en Instagram, le pide perdón a la víctima que sacó su caso a la luz pública. «Debo aplaudir la valentía de quien hace la denuncia, porque luego del abuso que hoy entiendo le pude infligir, siguió teniéndome dentro de su círculo de referencias y contacto constante, a pesar de haber pasado por la situación de estupro».
La víctima, identificada como «Pía» y que al momento de los abusos tenía 16 años, contó que fue convocada a la oficina que McKey tenía en Prodavinci, el portal informativo donde trabajaba y allí la besó.
Luego la citó a un apartamento en Los Ruices que usaba como oficina y apartamento de soltero. «Pía» relata que ahí pocó sus genitales y le hizo sexo oral. Además, McKey la llamaba para que lo escuchara masturbándose.
Hoy a sus 21 años, «Pía» sacó a la luz el caso, sustentando su acusación con capturas de sus conversaciones de alto contenido sexual con Mckey, quien además ofrecía gestionar oportunidades y trabajos en el medio artístico dada su posición influyente.
Al conocerse su caso, varias otras jóvenes con aspiraciones culturales dijeron haber sido víctimas de Mckey cuando eran adolescentes.