Es cada vez más frecuente leer en las noticias casos de adolescentes e incluso de niños que asesinan a sus padres, huyen de sus hogares y en el peor de los casos se suicidan porque les prohibieron los dispositivos electrónicos.
La psicóloga Florimar Quijada, del Dispensario Sagrado Corazón de Jesús en la Páez de Catia la Mar, manifestó que se han incrementado las consultas por el tema del uso de las pantallas (celulares, Tablet y televisores).
Dijo que es un tipo de adición a lo digital estandarizado en el DSM5 de trastornos psiquiátricos.
“Cuando les quitan estos dispositivos, el comportamiento eruptivo en los niños es muy alto. Se dañan a sí mismo o rompen cosas. En los adolescentes se cortan, no quieren salir de sus cuartos y no cumplen con las asignaciones”.
Recomienda que a un niño menor de 14 o 16 años es mejor no darle un celular, sobre todo si no los pueden regular ni hacerles cumplir las normas.
“Es muy difícil que tengan conciencia de cuáles son las consecuencias del uso inadecuado de las redes sociales”.
Indicó que, aunque estos dispositivos pueden ayudar mucho, es un arma de doble filo porque en la web conocen personas sin saber cuáles son sus intenciones y procedencias.
Además, hay muchas informaciones que si son inadecuadas para los adultos, en los adolescentes sin límites es mucho peor.
La especialista señaló que lo primero es evaluar con cuánta frecuencia los adolescentes utilizan esos dispositivos y tratarlo como cualquiera otra adición, porque lo más grave es la falta de relaciones sociales.
“Pueden ser muy buenos en alguna profesión. Pero la habilidad social los ayudará a desenvolverse en cualquier ámbito y si está alterada, también su nivel de dependencia y autonomía”.
La psicóloga señaló que en los niños es más compleja porque no reconocen ese grado de conciencia. Además, hay otras consecuencias como el estrabismo, falta de atención y concentración, no siguen instrucciones y son más irritables.
Comentó que la responsabilidad paternal juega un papel importante en el manejo de las normas y límites dentro de casa.
“Es más fácil entregar un dispositivo a un niño para quitárselo de encima que sentarse con él a jugar, compartir o conversar”./jd