El 5 de marzo de 1960, en el Campo de Carabobo, escenario de la batalla que selló la definitiva independencia de nuestra patria, el presidente de la República, Rómulo Betancourt, acompañado de su Ministro de Agricultura y Cría, Víctor Manuel Giménez Landínez, procedió solemnemente a la firma del ejecútese a la Ley de Reforma Agraria aprobada en por el soberano Congreso Nacional bajo la presidencia de Raúl Leoni y la vicepresidencia de Rafael Caldera. Por tal motivo el día aniversario fue oficialmente declarado Día del campesino.
En su primer artículo la Ley de Reforma Agraria, al declarar su propósito, destaca lo que en sí constituye un excelente resumen de profundos valores humanos y democráticos digno de reflexión. Conviene transcribirlo íntegro: “La presente Ley tiene por objeto la transformación de la estructura agraria del país y la incorporación de su población rural al desarrollo económico, social y político de la Nación, mediante la sustitución del sistema latifundista por un sistema justo de propiedad, tenencia y explotación de la tierra, basado en la equitativa distribución de la misma, la adecuada organización del crédito y la asistencia integral para los productores del campo a fin de que la tierra constituya para el hombre que la trabaja, base de la estabilidad económica, fundamento de su progresivo bienestar social y garantía de su libertad y dignidad”, destaca Raúl Alegrett quien fuera ministro de Agricultura y Cría y expresidente del Instituto Agrario Nacional.
Con motivo de tan significativo día para los venezolanos y su campesinado, el secretario general de la Federación Campesina de Venezuela, es orador de orden en Tinaquillo, estado Cojedes.
Compañeras y compañeros trabajadores del campo, amigos que nos acompañan:
«TAGUANES, tierra cojedeña que vio correr a las fuerzas realistas comandadas por Monte Verde en el 1813, batalla que culminó con laureles de Libertador al general Simón Bolívar. Batalla que libró al lado de Rafael Urdaneta y José Atanasio Girardot y así culminando la Campaña Admirable que permite a las tropas de la libertad entrar a Caracas en agosto y formar la Segunda República. Ayer como hoy tenemos el compromiso de liberar a nuestra patria de un yugo que maltrata y pisotea en forma oprobiosa al pueblo venezolano».
Debemos recordar que cuando celebramos los 64 años de la promulgación por el padre de la democracia, Rómulo Betancourt en el Campo de Carabobo.
Diremos que desde tiempos inmemoriales las religiones, los movimientos ideológicos y políticos han basado su existencia en la fuerza del hombre y la mujer trabajadora en principio del campo y luego en la industria de la ciudad, se da el caso que muchos los utilizaran para llegar a puestos de mandos públicos y se olvidaban de su génesis de creación.
Rómulo Betancourt, Ramón Quijada, Vargas Muñoz, los diputados y senadores de todos los partidos políticos que fueron electos para el Congreso de 1958 cumplieran con los trabajadores del campo al entregarle una Ley que garantizara la tenencia, disfrute y la emancipación socio económica de la familia rural venezolana, donde se estableció la formula y método para la obtención de la tierra y los instrumentos jurídicos de funcionamiento. educativos y de investigación a fin que la participación de la familia en la producción agropecuaria y pesquera garantizaran su pleno desarrollo y su emancipación.
El ejecutase de la Ley de Reforma Agraria el 5 de marzo de 1960, tuvo una gran importancia (ya que fue antes de la promulgación de la constitución de la república) para la economía venezolana y fueron testigo en el campo de Carabobo de este hecho, donde participaron los líderes de las diferentes toldas políticas venezolana y el presidente de EE.UU John F. Kennedy, además de las cúpulas empresariales y sindicales del país, iniciándose así una nueva era para la familia campesina y su relación ante el mundo político social y económico.
El movimiento sindical agrario venezolano de la mano de Ramón Quijada, Vargas Muñoz y muchos otros en representación de los trabajadores dieron la bienvenida a este pacto social que representa la garantía de la paz social en los sectores campesinos y a no más, montoneras y levantamientos sociales a causa del maltrato del patrón y la desidia gubernamental. Tenemos un instrumento jurídico que garantiza a plenitud la relación de los trabajadores rurales y su entorno, con esta Ley se acabó el pago en fichas de jornales, la obligación de trabajar para un patrono explotador, se desarrolló el amparo agrario y se crearon escuelas, dispensarios y asentamiento campesinos salubres.
El saneamiento ambiental fue una prioridad para acabar con las endemias y pandemias rurales que diezmaron muchas poblaciones cuando llegaban las pestes.
Esta Ley obliga a constituir más tribunales agrarios y procuradores a nivel nacional y estadal para atender al trabajador del campo.
La Ley de reforma agraria es la guía que orienta la lucha judicial contra el latifundio y el feudalismo que imperaba en la república. Hoy por la desatención de este sector se ha generado una nueva forma de latifundismo y neo feudalismo que se genera por la inseguridad jurídica, física y económica que enfrenta la familia del campo y que aprovechan los grandes capitales que hacen zozobrar al pequeño y mediano productor y a su vez obligan a la migración, aprovechando los vivos para hacerse de más tierras y monopolizar la comercialización de los productos del campo y los insumos para producirlos.
No Venimos compañeras y compañero, líderes políticos y profesionales del agro a llorar por nuestras necesidades sino a exponer que sin nosotros no hay soberanía nacional, porque un pueblo que depende de la importación de rubros alimenticios no será dueño de su soberanía.
Señores gobernantes nacionales, estatales y municipales si es cierto que somos una minoría de habitantes con respecto a la ciudad, no es menos cierto que nuestro aporte es lo que garantiza que haya pan, carne, lácteos, pesca, e hidrocarburo recuerdan que con maíz, yuca y otros cereales se hace el componente necesario para la gasolina ecológica y también producimos aceites para la lubricación de motores.
Pónganse la mano en el pecho y generen políticas para que la banca garantice por lo menos un 20 % de su cartera crediticia y el gobierno no menos del 15% del presupuesto nacional, con el fin de garantizar a estos productores vías de penetración bien atendidas para sacar sus cosechas y poder salir a comercializar sus productos. Atención a las escuelas y sus maestros (muchos salidos de nuestro entorno) una alimentación completa al estudiante porque las letras con hambre no entran (decía Alguien) además de un crédito supervisado con buenos técnicos para una cosecha segura y con garantía de un seguro a las inclemencias que se presentan en estos tiempos.
La salud es prioridad, no en campaña sino permanente, que sean atendidos las 24 horas por alguna emergencia de parto o cualquier otra índole, donde haya tratamiento para cualquier accidente laboral, mordedura de serpientes y de insectos, estos deben tener personal adiestrado para colocar sueros y primeros auxilios de sostén para ser trasladado en ambulancias a fin de garantizar la vida de la familia campesina.
Legisladores, gobiernen dejando en sus Leyes y ordenanzas no nada más lo impositivo si no también los recursos para el siguiente año, recuerden que hay un lema, que se gobierna, cuando se plasmó en el presupuesto lo que corresponde a la sociedad sea rural o citadina.
Nuestro mensaje tiene que ser esperanzador, debemos ser militantes en la búsqueda de un futuro promisor donde a los que apoyemos para ejercer los liderazgos del gobierno deben comprometerse con nuestros trabajadores del campo. Pilar fundamental de la economía, será la única forma de evitar la migración de nuestros jóvenes a la ciudad o a otros países buscando nuevos horizontes que le garanticen su desarrollo personal y poder tener una nueva familia, sin los avatares del campo donde se dejan a los más viejos y los niños que les cuesta más cumplir con esta lucha por la sobrevivencia.
Los indígenas, nuestros trabajadores del campo y la pesca necesitamos una nueva Ley de Reforma agraria que obligue al gobierno a buscar y cumplir con sus roles de asistencia al productor a todos los niveles y al capital constituidos en grandes empresas a un contratación colectiva macro que obligue a los patrones cumplir con la normativa laboral y de asistencial social garantizando la aplicación de la ley de medio ambiente y seguridad en el trabajo a los trabajadores contratados a tiempo completo y a tiempo parcial.
La paz social en el campo se garantiza con reglas y condiciones claras para la emancipación de la familia y el desarrollo integral de nuestros trabajadores.
Punto aparte debemos tocar en este momento ya que hombres y mujeres fundaron sindicatos, ligas y empresas campesinas y con ella la poderosa Federación Campesina de Venezuela que impulso la promulgación de la Ley de Reforma Agraria. Tiempos de ideales claros y de pensamiento gremial que esta federación era una federación de trabajadores del campo afiliados a la confederación de trabajadores de Venezuela. Pero en el devenir de los años el liderazgo natural sindical fue apartado y convertida esta federación en una gran empresa donde los advenedizos tomaron las riendas y dejo de ser la central campesina de pequeños y medianos productores en una organización empresarial alejada de los principios de su fundación y objetivos de funcionamiento en la defensa de su militancia.
En los década de los 90 se produjo una lucha por el poder dentro de la misma, que llevo como consecuencia que la constituyente de 1999 dictara un decreto de intervención a petición de los grupos que peleaban por el control de la FCV. Nombraron una junta de protección de los bienes y una comisión electoral que dirigió el proceso electoral por la militancia de los sindicatos afiliados en el 2000 y se eligieron las directivas de las federaciones regionales y la nacional, cuestión que el gobierno no reconoció como tampoco reconoce a la elección de la directiva de la CTV del 2002.
Desde ese tiempo siguen los problemas de demanda y registros de juntas directivas que conlleva con el nombramiento de una junta ad hoc en el 2021 para que hiciera un nuevo censo y proceso electoral cosa que no se ha hecho ya que la primera junta fue reformada a los dos meses y sacaron los que no eran de confianza y en esa misma sentencia anula el TSJ a todas las directivas registradas hasta la fecha y seguimos en el limbo. Por lo tanto apreciadas compañeras y compañeros trabajadores del campo debemos hacer urgentemente una estructura sindical que permita asistencia a su militancia rural y su relación obrero patronal ya sea con el gobierno o las empresas de capital privado que hacen vida en las zonas rurales. Ese es el mensaje que dejo en el día de hoy cuando recordamos la promulgación de la ley de reforma agraria y nuestro compromiso con la protección sindical del pequeño y mediano productor del campo y la pesca.
Discurso de Humberto Natividad Vera, dirigente agrario venezolano, secretario general de la Federación Campesina de Venezuela en Tinaquillo, Cojedes, 5 de marzo de 2024.