Científicos del Servicio de Monitoreo Atmosférico Copernicus informaron que el enorme agujero que fue detectado en marzo de 2020, se cerró debido a que “el vórtice se dividió, lo cual interrumpió la circulación de contaminantes en el Ártico”.
Tras su descubrimiento en marzo, la Agencia Espacial Europea confirmó su existencia y calculó un tamaño aproximado al millón de kilómetros cuadrados.
Mencionaron que el origen de agujero fueron las inusuales temperaturas gélidas que se registraron en la estratósfera, lo cual también ha generado la aparición de agujeros en la Antártida.
Las inusuales temperaturas de 2020 en el Ártico provocaron aires potentes cerca del Polo Norte, atraparon aire frío, lo cual es conocido como vórtice polar, el cual se dividió en diciembre y provocó que el agujero se cerrara. «Esto permitió la irrupción de aire rico en ozono en el Ártico, un ciclón persistente».
Mencionaron que otro de los factores que ayudaron a que se cerrara fue la disminución de contaminación a nivel mundial derivado de las prohibiciones que se establecieron en cientos de países para frenar la expansión de la covid-19.
“Después de la orden nacional de quedarse en casa para los 1.300 millones de ciudadanos de la India, el transporte por carretera y aéreo se detuvo; este último se redujo en un 96%. El menor consumo de energía y la menor demanda de petróleo llevaron a una disminución significativa del nivel de dióxido de nitrógeno en el ozono. 2/7”, informó Ecology at Mac, la cuenta especializada en ecología del colegio Macalester.
La capa de ozono funciona como un enorme filtro solar y es uno de los elementos que hace posible la vida en la Tierra, sin embargo, desde hace más de treinta años, comenzó a sufrir las consecuencias del uso de aerosoles y otros productos químicos empleados en artefactos de uso masivo por los seres humanos.