Con la transformación curricular los estudiantes tendrán la posibilidad de acercarse a las ciencias desde dos enfoques claramente definidos, la inter y la transdisciplinariedad, lo cual generará mayores oportunidades de aprender y abrirse a un mundo de oportunidades, asegura el profesor Daniel González.
“Pensar en áreas de formación, es reconocer en primer lugar el enfoque interdisciplinar, por ejemplo el área de ciencias naturales, que ha sido cuestionado sin basamento alguno, no plantea en ningún momento la eliminación de la física, la química ni la biología. Muy por el contrario, se reconocen sus límites y campos de acción particulares, y lo novedoso está en añadir un elemento adicional al currículo, lo cual significa asumir el estudio como un todo, sin separar los aspectos en que los estudia una disciplina u otra”.
Detalla que ahora tres profesores planificarán conjuntamente sus objetivos para abordar de manera integrada el área de formación y constituir áreas de formación para desarrollar el currículo.
“Esto trae más beneficios que desventajas, pues en un mundo complejo no se puede mirar el conocimiento ni la ciencia, desde un ángulo que no considere la integración de las disciplinas, hay que verlas integradas”.
“Uno de los desafíos más significativos del proceso de transformación curricular, tiene que ver con la superación de la asignaturización, la división por materias, la cual viene cargada de fraccionamiento y atomización del conocimiento. En este sentido, se plantea el desarrollo de un currículo integrado”. MLAh