*Leche, café, azúcar, pasta y arroz desaparecieron del Pdval de Catia La Mar
*Ausentes los operativos “mata cola”
Luis López- Desde las ocho de la mañana del pasado viernes, diferentes grupos de personas comenzaron a hacer su cola para comprar los productos de primera necesidad frente al Pdval de Catia la Mar. Sin embargo, pasada las ocho de la mañana del siguiente día, solo se había entregado 150 números. A las 10 de la mañana lograron ingresar 70 personas, mientras más de 400 todavía esperaban en la cola por un número para poder ingresar a comprar.
Mily Delgado dijo que a pesar de sus setenta años ha hecho la cola desde las cuatro de la mañana. “Esto se maneja con preferencia, no es posible que tenga el número 87 y sean las 11 de la mañana y no haya ingresado a realizar mis compras. Han transcurrido siete horas y a mi edad he tenido que aguantar este plantón porque no consigo comida por ningún lado”.
Comentó que no existe ningún operativo “mata cola”, porque la situación ha empeorado, pues son más de quinientas personas que aún esperan por entrar.
Carolina Chacón comentó que llegó a las cuatro de la mañana y ni siquiera había podido agarrar número, por lo que ignoraba a que hora iba ingresar al establecimiento
“Esto no se soporta. Cada día es un problema para comprar”, dijo Ana Rivas.
Controles no funcionan
La docente Lisbeth Díaz refirió que los controles para el ingreso no funcionan. “Con número de cédula o entregando número no funciona porque todo termina en caos. Aquí no atienden a la gente que llega primero. El desorden es cada vez mayor y la desesperación de la gente tiene un límite”.
Explicó que como docente no puede dejar de dar clases para hacer colas varios días a la semana, pero el día viernes, que es cuando puede, también se le hace difícil comprar la comida para su familia. “La venta en los establecimientos es irregular porque no hay productos y donde los venden regulados el caos es permanente”, comentó Díaz.
Irene Martínez destacó que la desesperación de la gente es porque no se consigue alimentos por ninguna parte. “En las colas es imposible el control porque cada quien hace lo que quiere. Todos quieren llevar comida para su casa”.
“Ingresé después de ocho horas”
Andreina Mull expresó que logró entrar a las diez de la mañana y que llegó con sus hermanos menores de edad a las dos de la madrugada. “No había leche, azúcar, arroz, café, ni pasta. Eso no está abastecido como dicen porque muchos productos no los hay”.
Se solicitó conversar con la gerente de Pdval y se nos informó que a esa hora, once de la mañana, estaba reunida con voceros de los consejos comunales.
Por su parte, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) hacia esfuerzos para controlar a las personas enardecidas que hacían reclamos para que agilizaran la cola, que desde hace horas no avanzaba.
Infiltrados
Ante los reclamos por la demora para ingresar al Pdval, una empleada del establecimiento solo se limitó a señalar que estas personas eran infiltrados, refiriéndose a la señora Mily Delgado de setenta años y otras mujeres de la tercera edad que se mantenía en el lugar desde las cuatro de la mañana./Foto: Rosmary Hernández