A pesar del incremento del pasaje los transportistas no ven luz. Señalaron que están subsistiendo y no logran comprar los cauchos para mejorar el servicio.
William González, presidente de la línea José María Vargas, explicó que no se consiguen los neumáticos y cuando los encuentran los precios son exorbitantes. Uno rin 1750 16 con tripa y protector está en un millón de bolívares porque son importados.
“No hay control de precios y cada quien lo ofrece como mejor le parece. Nosotros podemos ir a todas las caucheras buscando la economía, pero en casi todas los venden con sobreprecio”.
Dio a conocer que para estirar la vida útil de los buses están haciendo tres o cuatro vueltas, cuando anteriormente se hacían cinco.
“A medida que van pasando los días la crisis se acentúa. Cuando llueve los carros desaparecen porque los choferes no están dispuestos a quedarse varados por vidrios o botellas que se encuentren en el camino. Seguimos trabajando con las uñas”. LC/jd