Con los hospitales al borde del colapso, Santiago de Chile inició este sábado su tercera cuarentena total desde que comenzó la crisis sanitaria por un agravamiento de la pandemia que no da tregua a pesar de que el país tiene una de las mayores tasas de vacunación del mundo.
Con las calles menos transitadas que en días normales, aunque con un mayor flujo de personas que en las anteriores cuarentenas, amaneció la capital, donde viven más de 7 millones de personas, un 40% de la población del país, que vuelve al encierro durante un período indefinido.
“Queremos llamar a la responsabilidad de cada persona para respetar las medidas sanitarias. Si se les pide que cumplan las medidas, háganlo”, rogó el ministro de Salud, Enrique Paris.
Todas las escuelas y los comercios no esenciales estarán clausurados hasta nuevo aviso en los 52 municipios que integran la región, uno de los focos de la pandemia que ya estuvo en cuarentena total durante un mes en abril y en 2020 durante 8 semanas.
Se trata de un confinamiento más laxo que los anteriores, puesto que quienes tengan el carnet de vacunados, una medida reciente, podrán salir a hacer compras esenciales sin restricciones (el resto solo puede salir dos veces por semana).