Los Medias Rojas de Boston, serios contendientes en la División Este de la Liga Americana, agradecen por la presencia de Sandy León porque el venezolano les resolvió lo que pudo ser un gran dolor de cabeza.
Tras cuatro temporadas de sube y baja de las Menores a las Grandes Ligas con los Nacionales de Washington, León ha sido un factor enorme en el éxito de Boston, tanto a la defensiva como a la ofensiva.
El zuliano retiró al 44% de posibles robadores desde 2012 a 2015, tope en las Grandes Ligas para todas las caretas con 60 o más desafíos, por lo que el alto mando de los Medias Rojas estaba consciente de sus habilidades defensivas.
Pero ni el mejor de los clarividentes pudo haber pronosticado que un bateador con promedio de .184 en sus primeros 209 turnos iba a destrozar de manera consistente el pitcheo de la Liga Americana en lo que va de 2016.
«Estoy bastante contento de estar aquí, de pertenecer a este equipo, de la oportunidad que me han dado, de poder jugar todos los días», agradeció el bateador de ambos lados del plato.
«La verdad es que siempre he tenido fe de que puedo hacer esto, jugar todos los días en las Grandes Ligas, siempre ha sido mi objetivo», agregó el jugador de 27 años.
Lograr su mejor temporada precisamente con un equipo que está en la batalla por acudir a los playoffs le brinda una satisfacción muy especial al receptor que debutó en las Grandes Ligas con los Nacionales el 14 de mayo de 2012.
«Estoy bastante contento de pelear por algo, todo equipo llega a este punto de septiembre para poder hacerlo», expresó León, quien batea .350 (69-197) con siete jonrones y 29 carreras remolcadas este año.
Una vez concluida su actuación con los Medias Rojas, León probablemente se tomará un merecido descanso, pero tiene un objetivo fijo: jugar con los Tigres de Aragua.
«Yo siempre he dicho que mientras tenga salud voy a jugar en Venezuela. Es un beisbol que me ayudó mucho a mejorar como pelotero. Cada día me sigue enseñando más». concluyó.