Trabajando a media máquina con carros que datan de los años 80, en Aguarito, Carayaca, sobreviven cubriendo la demanda con cinco rústicos.
Freddy Avendaño indica que el “dolor de cabeza” de la poca disponibilidad y los altos precios de los repuestos los tiene contra la pared, obligándolos a trabajar doble jornada para poder cubrir la demanda de las rutas Caoma, Paso Caballo y Pañoleta. “Es urgente renovar la flota porque no podemos continuar laborando en estas condiciones; los cauchos lisos son un peligro latente, obligándonos a paralizar el servicio cuando llueve para prevenir desgracias”.
Explica que están optando por comprar repuestos chinos, los cuales no tardan ni una semana en dañarse nuevamente y dejar las unidades inoperativas. “Estamos de manos atadas, ya no sabemos qué mecanismo buscar para resolver la crisis que nos está azotando cada vez más fuerte”.
“Las autoridades deben resolver la crisis del transporte”
Los usuarios denuncian que deben esperar hasta dos horas en la parada para abordar un rústico, haciéndole un llamado a las autoridades a resolver la problemática del déficit de unidades.
Juan Molero señala que en las horas pico la problemática se acentúa, y las largas colas convierten en el pan de cada día. “Ya no sabemos a donde acudir para presentar nuestras quejas, no nos queda otra que resignarnos y esperar”. LC/ep
