Temen por la seguridad de trabajadores y pacientes
Alejandro Díaz.
Con miedo constante tiene que laborar el personal de la casa de reposo “La Abuelita”, en Caraballeda, debido a la ola de hurtos que se han producido desde hace semanas.
El caso más reciente ocurrió la madrugada de este domingo, cuando 3 delincuentes armados forzaron una de las ventanas y hurtaron alimentos, cubiertos y otros objetos de la cocina.
“En ese momento habían dos enfermeros de guardia y tuvieron que ocultarse para que no les hicieran daño, porque los sujetos se encontraban armados”, relató María Quiñones, coordinadora de la casa de reposo.
Tras el hurto, los trabajadores alertaron a los efectivos de la Brigada de Respuesta Inmediata (BRI) para que investigaran el caso.
Los hurtos son constantes
Los trabajadores de la casa de reposo denunciaron que los hurtos se han hecho frecuentes en las últimas semanas. Anteriormente forzaban los candados de las puertas para entrar a sustraer electrodomésticos y ropa.
“Es la segunda vez que somos víctimas de hurto en estos 3 meses de inicio del año. Hace poco rompieron las cerraduras de las puertas y nos robaron bombillos, ventiladores, comida, ropa y zapatos (…) Estamos preocupados por la integridad de quienes trabajamos aquí y por los pacientes”, expresó Quiñones.
Añadió que en la parte trasera de la sede, se encuentran unas vigas que iban a ser utilizadas en una construcción que actualmente se encuentra abandonada. “Los delincuentes las usan para montarse y entrar saltando la pared”, comentó.
Asimismo, señaló que en las adyacencias de la casa no hay luz en los postes, el alumbrado público desapareció, por lo que en las noches hay “total oscuridad”, solo las luces de la casa iluminan los alrededores, lo que facilita el desarrollo de los robos y hurtos”, dijo.
El llamado es al gobernador José Alejandro Terán, al alcalde José Manuel Suárez y al secretario de Seguridad Ciudadana Andrés Goncalves, a que colaboren para acabar con la ola de robos que azota la zona, especialmente en la casa de reposo “La Abuelita”, puesto que temen que pueda ocurrir una tragedia a manos de delincuentes desesperados por robarse la poca comida que tienen para los pacientes.