Rómulo Herrera.- La supuesta “guerra económica” es puro “realismo mágico”, una creación verdaderamente fantástica de este Gobierno, pero si se estuviera librando tendríamos que admitir que fue temerario de parte de los empresarios venezolanos y extranjeros plantear ese lance, precisamente en contra de quien tiene el más férreo control de cambio, y a la única empresa (Pdvsa) que exporta y obtiene todas las divisas en este país.
Una guerra económica se libra con dinero, con divisas, con poder, es decir todo lo que concentra este Gobierno que no termina de entender que puede eternizarse en el mando también por la vía de invertir en Venezuela e impulsar la unión de esfuerzos y voluntades, para tener un mejor país.
Con la participación de todos, con el Gobierno que administra el dinero de todos, con los empresarios y con el pueblo que también tiene derecho a ser empresario y dueño de su propio destino, podemos transitar el camino del desarrollo que hoy transitan Bolivia, Ecuador, Nicaragua, República Dominicana y Panamá, con la ayuda del gobierno revolucionario, y también Chile, Perú y Costa Rica de forma más independiente.
Vamos a pensar en Venezuela. Vamos a ser un poco más nacionalistas. Es un absurdo plantear que quienes viven de producir y/o comercializar, que mientras más trabajan más ganan, puedan rebelarse en contra del Gobierno, que tiene en sus manos todas las divisas, más del 70% de las importaciones, y de paso autoriza o no la entrada de lo poco que están importando los privados.
Nadie en su sano juicio sería capaz de plantear una confrontación tan desigual, en la cual la única forma de ganar sería dejando de realizar la esencia de su deber ser: producir. No trabajar y abandonarse a la ruina, sería el suicidio económico.
Por todo esto, en esta temporada de paz, reencuentro y reconciliación, bueno sería que el Gobierno deje de hablar de guerras con quienes producen y pagan impuestos, es decir con sus socios; con quienes generan empleo y riqueza, y son quienes tienen conocimientos y experiencias que aportar en el proceso de la reconstrucción de nuestro país hoy dividido, confrontado y en la peor crisis económica y social que hayamos sufrido en los últimos 55 años.
A los empresarios, que aclaren bien este tema de la “guerra económica”, que tomen en serio el planteamiento falaz del Gobierno, que se explique claramente el tema, y que, en el peor de los casos, entiendan que no tienen forma de ganar esta “guerra”, porque la plata, los recursos, el poder y hasta la comida, es decir todas las armas, las tiene el Gobierno. ¡Ríndanse!/ar