*En 40 años Venezuela es la única que ha pedido derechos especiales de giro
* Contracción del PIB del 7% e inflación de tres dígitos es lo que se prevé este año
María Elena Moreno – Para cumplir con compromisos de deuda externa, financiar importaciones y estabilizar su liquidez, el país recurrió por segunda vez este año a los derechos especiales de giro (DEG) de sus reservas internacionales en el Fondo Monetario Internacional (FMI). Hasta ahora ha tomado de esta especie de cuenta de ahorro 1.880 millones de dólares.
El economista Eugenio Escuela asegura que el Gobierno está enviando una alerta de crisis al optar por este recurso. “Es como empeñar las joyas de la familia, lo haces cuando ya no das para más. Ni los países más pobres han recurrido a esta medida en las últimas cuatro décadas. Pides que tu dinero ahorrado se haga efectivo, pero hay que reponerlo”.
Parece ilógico que se haga mayor uso de este recurso en una época en la que las reservas internacionales están en caída libre por primera vez en 12 años. La última cifra fue publicada el pasado martes cuando cerraron en 15.825 es decir, 6.254 millones de dólares menos respecto a la cifra con la que arrancó el año. La caída de las reservas es producto de la baja en los precios del petróleo y los gastos en pagos de deudas.
“Todos estos desaciertos han hecho que se acumule en estos siete meses una inflación extraoficial de aproximadamente 68%, lo que vuelve posible la previsión del FMI de un cierre de tres cifras de inflación al termino del año con una contracción económica de 7%. Una crisis económica real y palpable”.
Producción industrial se contrajo 65%
La falta de planes económicos ha llevado al país a esta situación en la que “tener cuatro tipos de cambio no cumple las metas. Desconfianza y una repotenciación del dólar paralelo es lo que lograron con estos inventos”.
Asegura que estos tipos oficiales no son asequibles para todos los sectores y da como ejemplo la contracción de hasta 65% en la producción industrial. “El empresariado no tiene dólares, los maneja el Gobierno y no les da un buen uso. Ni siquiera con las expropiaciones”.
Desmontar los controles es la salida idónea “para que en dos años más o menos veamos luz, pues hasta ahora el sueldo se vuelve sal y agua con tanta inflación. Tememos que al cierre del año el salario valga menos”.
Seguir optando por estos giros y prescindiendo del fomento de la producción nacional, Venezuela podría enfrentar por primera vez en la historia “una debacle total con niveles de desempleo, desabastecimiento y pobreza generalizados y por las nubes”. /MEM/ep