Las escasas lluvias y, por consiguiente, la baja en los niveles de agua, obligaron a las autoridades panameñas a tomar medidas para poder continuar con las operaciones en el Canal, aunque con consecuencias significativas.
Gran parte de Centroamérica se enfrenta, desde hace meses, a una sequía que se vio agudizada por la presencia del fenómeno de El Niño. Según los expertos, éste podría aumentar las temperaturas -y hacer que el 2023 y el 2024 sean los años más cálidos hasta el momento- así como instaurar un clima más seco en la región.
A raíz de ello, las precipitaciones y la cantidad de agua del Lago Gatún, encargado de abastecer al canal interoceánico, se mantendrían escasos.
Estas condiciones climáticas adversas han obligado a una serie de cambios en las normas operativas de esta obra de ingeniería que conecta al océano Atlántico con el Pacífico y cuyo rol en el comercio mundial es vital, con el 3.5% de éste pasando por él.
El administrador del Canal, Ricaurte Vásquez, informó que hasta el 2 de septiembre se restringirá el número de buques diarios que utilicen el paso a 32, frente a los 36 o 38 que solían transitar.