Renuncia el presidente del Consejo de Administración de Petrobras
El presidente del Consejo de Administración de Petrobras, Murilo Ferreira, renunció al cargo, informó hoy la empresa petrolera estatal de Brasil sin informar de las razones.
Ferreira, presidente también de la minera Vale, disfrutaba de una licencia desde septiembre pasado y desde entonces el consejero Luiz Nelson Guedes de Carvalho ha ejercido interinamente como presidente del Consejo, donde seguirá al menos hasta la próxima reunión ordinaria, agregó la petrolera en un escueto comunicado.
Ni Ferreira ni Petrobras, empresa sumida en un gigantesco escándalo de corrupción, informaron en septiembre de las razones de la licencia como tampoco aclararon hoy el motivo de la renuncia definitiva.
Ferreira fue el único miembro del Consejo de Administración de Petrobras que se opuso en agosto pasado a la decisión de autorizar la venta de al menos un 25 % de la BR Distribuidora, la subsidiaria de la empresa estatal responsable de la distribución de combustibles en todo Brasil.
De acuerdo con versiones de prensa no confirmadas ni desmentidas, Ferreira ha divergido con algunas de las medidas adoptadas por el presidente de Petrobras, Aldemir Bendine, para enfrentar la grave crisis financiera que enfrenta la empresa, principalmente con la venta de activos.
Otros medios brasileños, sin embargo, aseguran que Ferreira renunció a Petrobras para poder dedicarse por completo a la administración de Vale, la mayor exportadora mundial de hierro, que también enfrenta problemas financieros por la fuerte caída de la cotización del mineral en los mercados mundiales.
Además de enfrentar la crisis provocada por el escándalo de corrupción, que ha salpicado a medio centenar de políticos y una veintena de las mayores constructoras de Brasil y que generó desvíos que la empresa estatal calcula en 2.000 millones de dólares, Petrobras tiene que lidiar con una grave crisis económica.
La fuerte caída de los precios del petróleo, la elevación de su deuda a niveles récord y las dificultades para captar recursos obligaron a Petrobras a reducir sus inversiones y a poner en marcha un ambicioso plan de venta de activos tanto en Brasil como en el exterior.