El primer ministro Boris Johnson pidió este martes a los británicos que trabajen desde casa siempre que sea posible y ordenó el cierre más temprano de restaurantes y bares para frenar la segunda ola de coronavirus, con restricciones que probablemente se extenderán por seis meses.
Luego de que científicos del Gobierno advirtieron que las muertes podrían escalar si no se toman acciones urgentes, Johnson no anunció un confinamiento estricto como el impuesto en marzo, pero dijo que podría tomar más medidas si la enfermedad sigue avanzando.
“Nos reservamos el derecho de desplegar más poder de fuego, con restricciones significativamente mayores”, dijo el líder conservador ante el Parlamento después de una reunión de emergencia con sus ministros y otras autoridades británicas.
“Sólo podremos evitarlo si estas nuevas medidas funcionan y con cambios en nuestro comportamiento”. Advirtió que Reino Unido había alcanzado umbrales de contagio peligrosos como los de España y Francia.