Dos años después de que el coronavirus irrumpiera en Wuhan y se escucharan reportes de casos de covid-19 por primera vez, la variante ómicron está provocando rércords de contagios en Norteamérica y Europa, mientras los Gobiernos empiezan a considerar nuevamente restricciones de movilidad, incrementar las medidas de bioseguridad y tomar decisiones más estrictas en materia de vacunación.
Alrededor de 900.000 casos diarios se han detectado en la última semana, con máximos históricos en cuanto a infecciones por día en países como Estados Unidos, Australia, Alemania, Italia, Portugal, Francia y Reino Unido.
En el caso de Estados Unidos, la cifra de contagios se estableció en 258.312 según el último reporte, del martes 28 de diciembre. Esta cantidad rompió el récord de 250.141 casos diarios establecido el pasado mes de enero, casi un año atrás.
Mientras tanto, Australia registró este miércoles 29 de diciembre 18.300 contagios, superando el máximo histórico establecido apenas un días antes, de 11.300 infecciones.
En este sentido, los gobiernos ya empiezan a anunciar medidas para combatir la nueva ola de casos, que se ha propagado con una velocidad nunca antes vista debido a las características de ómicron, capaz de transmitirse hasta 70 veces más rápido que la cepa original.
Para el consuelo de los países en los cuales la ómicron se esparce con velocidad, todo parece apuntar a que la variante es menos mortal que otras detectadas hasta la fecha.