Recibe el espíritu de la navidad y activa la prosperidad

La casa debe estar limpia y ordenada. Lo primero que debes hacer es abrir espacio para todo lo bueno que te llegará el año que viene. Separa lo que ya no usas. Si ya no sirve, deséchalo. Si está en buen estado, regálalo. Limpia vidrios y ventanas con vinagre que además de alejar las moscas, espanta las energías negativas. Luego barre todos los rincones de la casa de adentro hacia afuera. Pasa un primer coleto con jabón azul disuelto en agua. Después trapea con un agua preparada con cáscaras de limones, naranjas, toronjas y mandarinas, clavos de olor y canela en astillas. Esta mezcla la puedes hacer temprano. Hierves todos los ingredientes, la dejas reposar, la cuelas y está lista para utilizar.

Se deben encender inciensos de limón y colocar música para armonizar todos los espacios, y recibir en familia la energía cósmica del solsticio de invierno, que según la leyenda nórdica llega a través del Espíritu de la Navidad, cargado de buena vibra para ayudarnos a fortalecer nuestra esencia emocional frente a las dificultades.

Cada quien tiene su manera particular de darle la bienvenida, pero lo que nunca debe faltar es un momento de reflexión para agradecer lo que tenemos, perdonar las faltas, orar por el bienestar individual y general, escribir los buenos deseos y propuestas para el año que está por llegar.

Se aconseja realizar una cena especial para agradecer a Dios los favores concedidos, la cual debe incluir mandarinas, arroz y lentejas.

Ritual

Colocar en una mesa un mantel blanco y sobre ella la figura del Espíritu de la Navidad, siete velas de colores azul, amarilla, rosado, blanco, verde, naranja y violeta, además de flores blancas naturales.

A la hora indicada (6:24 pm) decir en voz alta “Amado Espíritu de la Navidad te damos la Bienvenida por tu llegada al planeta trayendo amor, paz, prosperidad y salud. Te agradecemos inmensamente tu servicio a la humanidad”.

Luego se encienden las velas en dirección de las agujas del reloj, comenzando por la de color azul. Al encender la vela azul se expresa “que esta luz dé fuerza, protección y fortaleza al planeta y a nosotros”; con la amarilla, “que esta llama nos sirva para atraer la sabiduría, el conocimiento e inteligencia”; con la rosada, “que la llama del amor en todos sus aspectos y roles se expandan en la tierra y en mí”; la blanca, “que la pureza y guía de esta luz sirva para orientar mis pasos”; la verde, “que la verdad y la sanación en todo lo que necesita ser sanado se proyecte en la tierra y en mí”; La Naranja, “que la Prosperidad ilumine todos los hogares del planeta, el mío y mi persona”; la violeta, “pido la transmutación de las energías negativas en todo el globo terráqueo y en todos mis asuntos. Amén, Amén, Amén”.

Las peticiones de cada participante deben estar escritas con anterioridad en papeles o fichas cada una por separado. Las cuales deben estar en orden, primero para la Madre Tierra, segundo para la humanidad, tercero por su país, cuarto la familia, amigos y conocido y quinto para sí mismos. Se pedirán 7 deseos por cada vela que se haya encendido.

¿Quién es el Espíritu de la Navidad?

Existen muchas leyendas al respecto y todas tienen una verdad. El Espíritu de la Navidad se le conoce por varios nombres: Santa Claus, San Nicolás, Maestro(a) Natividad, Papa Noel etc. Y su importancia radica en el mensaje que trae.

Una de las historias dice que El Arcángel Uriel vino hace muchos años a este planeta; era alto, delgado, de aspecto juvenil, su piel irradiaba luz de tonalidad roja–dorada, cabellos muy largos de color castaño con matices rojizos y grandes ojos rasgados de color ámbar. Precipitaba Objetos fiscos y aleccionaba grandes enseñanzas a través de fabulas. Este gran ser evolucionado daba regalos de gran valor espiritual que eran energía pura, proveniente de la divinidad, los cuales eran usados con gran respeto y amor por los que los recibían. Con el correr de los años su historia se convirtió en una leyenda en todo el planeta./ep

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