El papa Francisco, sigue en estado «crítico» por una neumonía bilateral y continúa recibiendo oxígeno a alto flujo, informó el Vaticano el domingo por la noche, al tiempo que se multiplican las plegarias en el mundo por su recuperación.
Aunque desde el sábado no padeció ninguna crisis respiratoria, “la complejidad del cuadro clínico y la espera necesaria para que las terapias farmacológicas tengan efecto requieren mantener el pronóstico reservado”, indicaron los médicos en el último boletín publicado.
«La complejidad del cuadro clínico y la espera necesaria para que las terapias farmacológicas tengan efecto requieren mantener el pronóstico reservado», señalaron los médicos en el último boletín.
El Sumo Pontífice está hospitalizado desde el 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis que devino en una neumonía bilateral.
El sábado 22, el estado de Francisco empeoró al presentarse «una crisis asmática prolongada, que requirió la aplicación de oxígeno», además de problemas hematológicos que precisaron «la administración de una transfusión sanguínea».
La anemia mejoró y la trombocitopenia (una bajada del número de plaquetas en sangre) permaneció estable gracias a las transfusiones sanguíneas del sábado, los médicos señalaron que «algunos exámenes sanguíneos muestran una insuficiencia renal inicial, leve, actualmente bajo control».
De acuerdo con fuentes del Vaticano, el jesuita argentino dijo en los últimos días: «Continúo con confianza mi hospitalización (…) siguiendo con los tratamientos necesarios; ¡y el descanso forma también parte de la terapia!».