El presidente de Cuba, Raúl Castro, confirmó hoy la «total disposición» de su gobierno a seguir construyendo con EE.UU. una «nueva relación que sea distinta a la toda su historia precedente», aunque insistió en que la vigencia del embargo es el «principal obstáculo» para la normalización.
El presidente cubano leyó una declaración, emitida en el noticiero de la televisión estatal, en la que hizo balance del primer año del restablecimiento de relaciones con Estados Unidos, un día después de ese aniversario.
En doce meses de «diálogo profesional y respetuoso» se han obtenido «resultados en el plano político diplomático y de cooperación», como la apertura de embajadas o las dos reuniones entre ambos presidentes, pero «no se ha avanzado en temas que para Cuba son esenciales», como el fin del embargo, dijo Castro.
«Esa política sigue en vigor. Se mantiene la persecución financiera a las transacciones legítimas de Cuba y los efectos extraterritoriales del bloqueo, lo que provoca daños y privaciones a nuestro pueblo y es el obstáculo principal para el desarrollo de la economía cubana», indicó el presidente cubano.
En ese sentido declaró que, aunque ha pedido al Congreso al fin del embargo y levantando algunas restricciones, el presidente Barack Obama dispone de prerrogativas ejecutivas para adoptar nuevas medidas que «modifiquen sustancialmente la aplicación del bloqueo».
Castro recordó las otras demandas de Cuba para la normalización, como son la devolución de los territorios que ocupa la base naval de Guantánamo y el fin de los programas encaminados a promover cambios en la isla y de las políticas migratorias que dan un trato preferencial a los cubanos.
Cuba responsabiliza a esas medidas, como la Ley de Ajuste, la política pies secos/ pies mojados o el programa Parole para médicos, de la situación de los más de 6.000 emigrantes cubanos varados en diversos puntos de Centroamérica, en su intento de llegar a la frontera con EE.UU.
«Estimulan una emigración ilegal, insegura, desordenada e irregular, promueven el tráfico de personas y otros delitos conexos, y generan problemas a otros países», indicó Castro.
El presidente cubano, que asumió el poder en 2006 a causa de la enfermedad de su hermano Fidel, reiteró que, a pesar de la normalización de relaciones con EE.UU, Cuba «no renunciará a los principios e ideales por lo que tantos cubanos han luchado por el último medio siglo».
«Cuba, en pleno ejercicio de su soberanía y con el apoyo mayoritario de su pueblo, seguirá inmersa en el proceso de transformaciones para actualizar su modelo económico y social (..) para incrementar el bienestar de la población y fortalecer los logros de la Revolución Socialista», indicó.