La Unidad Política Popular 89 (UPP 89) participará en su primer proceso electoral, aunque ya tenían seis años y medio en construcción. “Fue un trabajo lento, pero que consideramos muy sólido. Nuestro lema es un partido distinto, con candidatos distintos”, señala Reynaldo Quijada, coordinador nacional de la organización.
Habla de reencontrase con la política, vista desde la dimensión moral, pues a su parecer la política venezolana se ha venido pervirtiendo, tanto lo que tiene que ver con el PSUV como con la oposición y los partidos de la MUD.
“Estamos buscando romper con la polarización y vencer la abstención. Le estamos diciendo a la gente que analicen la trayectoria de nuestros 18 candidatos, quienes no tienen rabo de paja. Tienen una recorrido limpio y por eso nos costó tanto conseguir esos 18 nombres”.
Destaca que son 23 estados, “pero en cinco no llevamos, no porque nos faltaran propuestas de candidatos u ofrecimientos, sino porque consideramos que no eran idóneos para lo que se ha planteado”.
Asevera que tienen una identidad y un sentido crítico de la política que hace que, si bien están totalmente identificados con el proceso revolucionario, no se plegaron al PSUV. Fueron los estados donde se decidieron las candidaturas.
“Si considerábamos que la trayectoria de la persona no era acorde con los principios y valores que defiende UPP 89, nos íbamos a oponer. En caso contrario, dejábamos que el estado decidiera y fue lo que sucedió aquí en Vargas”.
Manifiesta que se les presenta un dilema ético, entender la política vista desde la maquinaria electoral, desde el uso del dinero y de los recursos públicos. “En todo el país es impresionante como cada candidato del PSUV llega acompañado de quince camionetas, cinco autobuses. Eso es una inmoralidad y hay que cambiar la forma de hacer política”.
Asegura que se están preparando para ser gobierno, pero dejando claro que si llegan a una posición de poder los fondos públicos no son para financiar al partido, son para ayudar a la gente. “Nuestro financiamiento será una buena gestión, limpia, transparente y en beneficio de la colectividad”.
Agrega que “llevamos un mensaje distinto, romper los paradigmas, no esta perversión actual donde la compra de conciencia, la coacción, la amenaza, el chantaje y la extorsión se han hecho practica común con los funcionarios públicos o los beneficiarios de las misiones”.
En el caso de la oposición, continúa, “con el uso de inmensas cantidades de dinero que vienen del sector empresarial o de fondos externos, cuando tienes un país en penurias, porque no invierten parte de esos recursos en la población, porque no ayudan aunque sea mínimamente. Son incapaces de ponerse al lado de una comunidad”.MLA/jd