*Dique de Piedra Azul está saturado de sedimentos y maleza. Sus gaviones colapsaron
Luis López
Los pronósticos de lluvia por parte del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) generan preocupación en los residentes de las comunidades ubicadas en zonas de alto riesgo y concentradas en periferias de ríos y quebradas. La mayoría de los cauces están abarrotados de sedimentos, maleza, escombros, basura y representan hoy día una “bomba de tiempo”.
Las quebradas de Guanape, en la parroquia La Guaira; Piedra Azul, parroquia Maiquetía y Curucutí y Las Flores, en Carlos Soublette, son las que presentan mayor desatención por parte de los entes públicos, aunado a la falta de consciencia de los vecinos que poco contribuyen a su mantenimiento.
Quebrada de Guanape full de maleza
“A esta quebrada hay que tenerle miedo cuando llueve porque es la que trae más agua. Cuando ocurrió la tragedia perdí mi casa ubicada en la parte de arriba. Hoy vivo aquillada en la parta baja”, expresó María Mayora, vecina del sector Guanape Dos.
Señaló que “de la limpieza nada. Se van a recoger firmas porque se ha hecho la solicitud para que vengan a sanear y nadie responde”.
Afirmó que las alimañas corren por todas partes porque la basura y la maleza ayuda a que proliferen. “Tenemos un foco de contaminación las 24 horas del día porque las aguas se estancan y el hedor es inaguantable”.
Río Piedra Azul sin gaviones en pie
La maleza ha crecido más de tres metros en medio del cauce del río Piedra Azul y los diques se han saturado de sedimentos. “Desde el año 2005 que se construyeron los gaviones no se les ha prestado atención y el 90% están destruidos”, dijo Félix Ojeda, vecino de la parte alta de Piedra Azul.
Manifestó que “tampoco han venido a limpiar el cauce. Este río es una amenaza permanente y hay que estar alertas cuando arrecien las lluvias. La arena cubrió los diques y cuando bajen las aguas y las piedras no las va detener nada”.
Por su parte José Alberto Farías, otro de los vecinos del lugar, dijo que el sector que en una oportunidad se llamó Las Barracas es uno de los más desasistidos. “No es solo el cauce del río que está abandonado y es un riesgo permanente. Son también las fallas de alumbrado y la falta de agua en la comunidad que desde hace un mes nos mantiene en constante preocupación”.
Zancudos, alacranes y ratas en el Curucutí
“Hay que prender mucho cartón porque la plaga ya no respeta ni el aire que echa un ventilador. Es un sufrimiento en la noche porque si no son los zancudos, aparecen alacranes y ratas dentro de las viviendas de la parte alta del sector”, afirmó Aracelis Trujillo, residente de Piedras Blancas, en Montesano.
Insistió en que en más de una oportunidad le han hecho solicitud de limpieza a la Alcaldía y Gobernación. “Son de oídos sordos y no hay manera de que acudan a este sector. Son casi 100 familias las que en estos últimos días tenemos que batallar con los insectos y la contaminación del río”.
Recordó que hace tres años trajeron una máquina para la limpieza. “No fue mucho lo que se hizo porque movieron los escombros y la basura, pero la dejaron a los lados del cauce. En las semanas siguientes la basura terminó otra vez dentro del cauce”.
Las Flores es una pesadilla
Abrahím Muñoz, vocero del consejo comunal Alí Primera, en Montesano, expresó que han agotado todas las gestiones ante la Alcaldía y Gobernación y la respuesta ha sido nula.
“Se nos ha ofrecido la limpieza y ha quedado en promesas. Los vecinos estamos cansados de esta contaminación donde se expone nuestra salud. Aquí hay una comunidad dispuesta a trabajar, pero nos ignoran y tampoco dan respuesta”.
Afirmó que otras dos quebradas confluyen en Las Flores. “La quebrada La Trinidad y La Ideal se unen a la de Las Flores. Cuando llueva recio no sabemos dentro de cuáles viviendas terminará la basura y cachivaches que están en sus cauces”./jd