El presidente de Bolivia, Luis Arce, endureció su discurso y pidió a sus bases que se levanten contra el paro general que se registra en el país y que ha causado al menos una muerte. Dijo este miércoles que las protestas de sectores cívicos y de la oposición contra una polémica ley son en realidad un “pretexto” para eludir los juicios instalados por la crisis de 2019 que dice fue un “golpe de Estado”.
En una reunión con campesinos en La Paz, señaló que la derecha “engaña” y “miente” porque “no tiene argumentos” y que lo que busca en realidad es “la impunidad”. Alertó de la necesidad de la organización de los sectores populares, campesinos e indígenas afines al Gobierno puesto que no se puede permitir que pase lo mismo que hace dos años.
Advirtió que en caso de anular la ley de Estrategia Nacional de Lucha contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento al Terrorismo, como exigen las movilizaciones que llevan ya 3 jornadas de paro indefinido, los opositores “van a buscar” otra ley para observar y “todo van a cuestionar”.
El jefe de Estado insistió en que “lo que preocupa (a los opositores) es que avancen sus juicios” a pesar de la lentitud de la justicia del país.
Desde el pasado lunes, los sectores de oposición y cívicos del país mantienen protestas, bloqueos y manifestaciones en contra del Gobierno al que también exigen que dialogue con los sectores afectados por otras leyes observadas y se restituyan los 2/3 de aprobación en los debates parlamentarios.
Estas jornadas se han caracterizado por los excesos de la Policía y la intervención de sectores afines al oficialismo para contrarrestar los bloqueos, además de agresiones a periodistas por parte de las fuerzas de seguridad y de manifestantes.
Arce tuvo que cancelar este miércoles su visita a Potosí por sus efemérides debido a las protestas de la víspera y la muerte de un campesino afín al Gobierno que está bajo investigación a pedido de las autoridades nacionales.