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Productores denuncian mafia de bachaqueros con insumos de Agropatria

 

*Explican que solamente en Carayaca la cosecha cayó en un 90%

*Aseguran que mientras el agro esté a cargo del gobierno no habrá “arranque del motor”

María Elena Moreno-Vivir del campo pasó de ser un sueño a una pesadilla para muchos productores que aseguraron no ver luz entre tanta escasez y especulación con los insumos. Afirmaron que acudir a Agropatria no es de mucha ayuda, pues éstos artículos lo ofrecen los bachaqueros solo al mejor postor.

Esta merma en el suministro ha causado la paralización aproximada de un 90% en la producción agrícola de Carayaca, así lo explicó el productor Luis Armas. “De 100 parcelas solo 10 trabajan y eso porque zanquean insumos y lo pueden pagar caros. Agropatria no es capaz de proveer a todos pues además, si corres con suerte y compras, te debes conformar con menos de lo que necesitas”.

Indicó que en su caso prefirió desistir de esta fuente de abastecimiento, pues “si necesitas 10 sacos de abono químico te venden solo dos. Te toca ir por los caminos verdes donde ese saco que te cuesta Bs.400 en dicha institución, debes pagarlo sobre los 2.500 bolívares”.

Aseguró que “garantizar la calidad de los productos agrícolas es imposible entre tanta carencia, que además ya no puede solventar el gobierno nacional. Considero que se les escapó de las manos, se creó una mafia con todo esto que los ha llevado a un callejón sin salida”.

Cuando el fallecido presidente Hugo Chávez expropió Agroisleña en octubre de 2010, la empresa suministraba el 70% de los insumos a los productores agrícolas y prestaba financiamiento directo a más de 18.000 productores agrícolas, actualmente esas cifras van en declive.

“Cómo se justifica que los productos del Estado lo tengan estos revendedores que se aprovechan de la situación. Además la inflación no nos ayuda pues un motocultor nuevo está en 1.000.000 bolívares, toca trabajar con las uñas, pico y pala”. Aclaró que en Vargas la escasez de repuestos para tractores no es problemática pues la mayoría de las parcelas son de 45 grados de inclinación y requieren solo trabajo manual.

No se consiguen semillas ni venenos

Reveló que las semillas se consiguen solo en el mercado bachaquero y al 1000% sobre su precio. “Una papeleta de semillas de cilantro que sale en 4.800 bolívares la venden en 80 mil bolívares, así nadie puede producir”.

Asimismo, comentó que en un año las semillas de tomate pasaron de costar Bs.4.000 la papeleta de 5 mil unidades a 70 mil bolívares aproximadamente. Armas aseveró que la especulación se ha instalado más en el rubro de los agroquímicos necesarios para la cosecha de repollo, papas y tomate.

“Los insecticidas y herbicidas los trae del extranjero el gobierno y por eso no hay. Por lo menos la papa los requiere y al no haber crecen con huecos y demás, pues se hace lo que se puede”.

El herbicida Gramoxone que cuesta 450 bolívares el litro es ofrecido sobre los Bs.2.500. Mientras que los llamados venenos se consiguen en 80 mil bolívares el litro y alcanza solo para cubrir una parcela.

En comunicado la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), informó que fueron devueltos Bs.3.500 millones de la deuda que se tenía con el sector agropecuario, pero destacó que aún faltan Bs.8 millones por lo que aún no tienen respuesta de los surtidores internacionales para los motores que necesitan las máquinas y los insumos.

Las vialidades son caóticas

Por su parte, Julio Palomino, residente del Alto Bucaral, explicó que las vialidades necesitan de mantenimiento en todos los sectores agrícolas. “Por ejemplo en esta zona cuando llueve los carros no pueden subir ni bajar, eso nos afecta porque se hace difícil bajar la cosecha”.

Declaró que para llegar al sector deben optar por las motos o algún conocido con vehículo, pues ni siquiera hay una ruta de transporte.

En igual o peores condiciones asegura Armas que se encuentra la vialidad de Cataure, que no recibe mantenimiento desde el gobierno de Carlos Andrés Pérez. “Esos nueve KM están destrozados, ese es otro gasto que debemos costear pues encauchar mi camión me cuesta 800 mil bolívares, por eso es que las verduras y hortalizas están caras, porque gastamos demasiado. Es por ello que muchos desisten y abandonan el campo”.

La gran mayoría prefiere continuar solo con la cosecha a mediana escala que le sirva solo como sustento y no como negocio, pues muchas veces no logran recuperar la inversión.

“Solo estoy cosechando limón y cambur”

A los que aún apuestan a la tierra les ha tocado difícil. Así lo aseguró Hilario Martínez, quien cosecha desde los ocho años y hoy a sus 71 solo puede producir cambur y limón.

“Es lo que me pega menos en el bolsillo y eso porque con años de experiencia uno sabe resolver las faltas. Antes cosechaba y vendía remolacha y lechuga, ahora no. Las verduras se cultivan pero para nuestro consumo”.

“Comprar más caro no se puede, pues una latica pequeña de señillas no cuesta menos de 20 mil bolívares y no tenemos para eso”. Lamentó cómo recientemente perdió casi en su totalidad la inversión que hizo en una cosecha de apio españa.

“Gasté 3.000 bolívares y solo me nacieron dos maticas. Cómo uno vende eso, es muy poco. Por eso me quedo con la cosecha de cambur y limón”, dijo al relatar que aún le quedan unas matas de onoto y semillas de caraota para probar suerte.

Sin producción no hay distribución

Al ser consultados los productores sobre la posibilidad de hacer alianzas con los recién creados Comités Locales de Abastecimiento y Producción, la mayoría destacó que la respuesta sería aún más positiva si las condiciones estuviesen dadas.

Reprochan que la poca producción a duras penas les sirve para comer y medio vender por lo que echarse encima la responsabilidad de apoyar con estos planes es bastante grande. “Ni siquiera se puede pedir que se hagan centros de acopio porque se convertirían en estructuras vacías pues cosecha no hay”.

Despulpadora de frutas paralizada

Esta misma falta de producción fue la causante de la paralización paulatina de la despulpadora de frutas de la cooperativa agrícola Ecofruta en La Atlántida, donde trabajaban más de 30 productores de Catia la Mar y Carayaca. Además la falta de polietileno para los empaques y tapas de envases de vidrio también le impidieron continuar. /MEM/iv

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