La Asociación Nacional de Caficultores indicó que por la casi extinción de los sembradíos y la aniquilación de la siembra por la falta de combustible y de insumos agrícolas, a nacional la producción del café cayó en un 94.2%.
Maximiliano Pérez, coordinador nacional de la asociación, explicó que los caficultores han tenido que dejar abandonadas sus fincas y dejar de lado la producción, debido a que no cuentan con recursos para cubrir los costos de fertilizantes y el combustible que usan para su traslado y para las maquinarias agrícolas.
Resaltó que por eso el café que actualmente se ve en los anaqueles es importado. “El café que se ve en los anaqueles es importado de Brasil y Colombia, porque con solo el 5.8% que está produciendo el país no se cubre la demanda de consumo”.
Indicó que la venta de café artesanal ha proliferado en todo el país, aseverando que no se puede comercializar cualquier grano tostado como si fuera café, pues estos no cumplen con los protocolos sanitarios. “No hay control sanitario que avale que ese producto esté apto para el consumo humano, mucha gente lo compra por lo económico, pero este café artesanal puede perjudicar la salud”, manifestó Pérez quien exhortó evitar el consumo de café artesanal.