“Mi casa ha sido blanco de una agresión cobarde, pero gracias a Dios, quienes trabajan conmigo y yo mismo estamos bien”, declaró el primer ministro de Irak, Mostafá al Kazemi tras salir ileso del ataque de un dron con explosivos dirigido contra la residencia.
«Los misiles y los drones no construyen patrias ni futuro”, agregó al Kadhimi, quien hizo un llamado a los iraquíes “al diálogo constructivo y en calma”.
El hecho ocurrió en la «Zona Verde» de Bagdad, un área especialmente protegida dentro de la capital iraquí, donde se encuentran la mayor parte de las embajadas y sedes de gobierno del país.
Las autoridades de ese país revelaron que al menos tres aviones no tripulados con explosivos fueron empleados en la agresión, según el jefe de la Célula de Medios de Seguridad, el general Maan. «Atacaron el domicilio tres aviones, las fuerzas de seguridad derribaron dos pero el tercero llevó a cabo el ataque contra la vivienda».
Por otra parte, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, condenó el ataque, que calificó como un «aparente acto terrorista”, el cual fue dirigirdo “al corazón del Estado iraquí». En un comunicado difundido por la oficina, el funcionario norteamericano manifestó «alivio» por la noticia de que al Kazemi salió ileso.
El presidente iraquí, Barham Salé, condenó el «ataque terrorista», al cual describió «transgresión peligrosa y un crimen atroz contra Irak», e hizo un llamado a la unidad para «enfrentarse a los malvados que están acechando la seguridad de este país y la seguridad de su gente». Señaló a “grupos de expertos extranjeros” o «Thinks tanks», como causantes del atentado por sus políticas en Irak.
Las hostilidades entre las milicias chiíes respaldadas por Irán y el gobierno de Irak aumentaron en intensidad después de las elecciones legislativas de octubre, donde el bloque del clérigo Muqtada al Sadr recabó el mayor número de votos, aunque insuficientes para formar Gobierno. El religioso condenó el ataque y lo calificó de terrorista.
Irán tiene una gran influencia política en Irak al respaldar a importantes milicias chiíes iraquíes, algo criticado por ciertos sectores en Bagdad y temido por Estados Unidos. También posee un gran peso económico, ya que suministra al país vecino electricidad y gas pese a estar bajo sanciones de EEUU desde 2018.