Precios en bodegones no varían mucho al de otros mercados
Los precios en los diferentes bodegones no varían mucho al de otros mercados municipales o comunitarios, salvo los productos importados de Turquía y Brasil que son más baratos.
En el Salva Market, antiguo Pdvmercal, situado en la avenida El Ejército de Catia la Mar, la pasta de Turquía de 250 gramos está en $0,27 y la de 700 gramos en $0,96.
La leche importada está en $2 y los productos de aseo personal van desde $0,60 el lavaplato en su presentación pequeña hasta $1,50 el paquete de jabón corporal de seis unidades.
En el Calmi Market de 10 de Marzo, el arroz Mary va de $,99 a $1,10, la harina de arroz se consigue en $1 y la harina pan en $1,10.
Los productos en el bodegón Texaco de avenida principal de La Atlántida, tampoco son inferior a los otros: el medio cartón de huevos está en $1,40, la pasta primor en $1,65, el kilo de azúcar en $1,60.
Allí también se pueden conseguir proteínas. Tienen el kilo de bistec y carne molida $5, la chuleta ahumada $6,90, salchicha polaca en $3.
Cabe destacar que los precios están marcados en dólares, pero los consumidores también pueden cancelar en bolívares, sujeto a la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela.
34% de las operaciones se registran en divisas
Tal y como lo destaca un estudio de los economistas Benedict Bull, Antulio Rosales y Manuel Sutherland, en colaboración con la Universidad de Oslo en Noruega y el Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO), el 66% de las transacciones en el país se producen en bolívares, mientras 23% se registran en divisas a través de transferencias vía Zelle u otras plataformas.
Resalta que el 11% restante se concretan en moneda extranjera en efectivo, básicamente dólares.
«Muchos bodegones venden mercancías con precios de uno o dos dólares, esos productos son generalmente comprados en bolívares, a través de tarjetas de débito».
Igualmente, señalan que en gran cantidad de compras los clientes “completan” pagos en bolívares. Por ejemplo, si algún artículo cuesta 12 dólares, se suele pagar con un billete de 10 dólares y el resto en bolívares, por la escasez de billetes de bajo importe.
Muchas ventas se frustran por no tener “cambio”. Muchas transacciones terminan en una sensación de molestia y pérdida porque los consumidores tienen que adquirir mercancías adicionales, que no desean, para completar compras, puntualiza el estudio. /HB/jd