El gobernante Partido Popular (PP, centroderecha) ha ganado las elecciones generales en España, con el 27,56% de los votos y 124 diputados, seguido del PSOE (socialistas), con el 22,94% y 96 diputados, según el escrutinio al 49,71 por ciento.
Estos primeros datos oficiales apuntan a un Parlamento muy fragmentado, en el que Podemos (izquierda) tendría 70 escaños, y Ciudadanos (liberales de centro) 31 diputados, para un Congreso en el que la mayoría absoluta está fijada en 176 escaños.
Por detrás quedarían dos partidos nacionalistas catalanes, ERC y DIL, cada uno con nueve escaños, y los nacionalistas vascos del PNV, con seis.
Si se confirman estos resultados habría dificultades para generar una mayoría con la que formar gobierno, porque serían necesarios más de dos partidos para alcanzar la mayoría absoluta.
Esa hipótesis de mayoría sólo la lograrían los dos partidos tradicionales, PP y PSOE, pero ese tipo de coalición es poco previsible y nunca se ha dado en la política española.
Socialistas y populares se han alternado en el poder desde 1982 y ahora ven cuestionado ese modelo con la eclosión de dos partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos.