Este 13 de mayo cuando se conmemora la aparición de la Virgen, la imagen apenas estuvo acompañada de 50 personas para recorrer la explanada de su santuario, donde tradicionalmente se congregan unas 200 mil personas.
La actividad, vigilada por la Guardia Nacional Republicana y trabajadores del santuario para evitar que los peregrinos entraran, por primera vez en 103 años tuvo tan poca gente.
“Es una tristeza ver todo esto así”, declaró Pedro Luz, trabajador del santuario que tras 12 años de ver multitudes no se acostumbra a la explanada vacía. “Aquí no se podía estar en mayo del año pasado, esto era grande como el estadio del Benfica”.
Desde principios de abril se anunció que las celebraciones serían retransmitidas y podrían seguirse por internet para no contribuir a la expansión de la Covid-19.
“No quería quedar en la historia como el responsable de agravar la pandemia”, explicó el obispo de Leiria-Fátima, António Marto, para justificar por qué se decidió vetar la entrada a peregrinos en vez de intentar buscar otra solución que permitiese el distanciamiento social.